En el Día del Maestro, dos profesores de la Facultad de Ciencias de la Educación destacan la formación en valores que fomenta el profesor universitario.
Por Elena Belletich Ruiz. 30 junio, 2015.Para la Mgtr. Flor Hau Yon Palomino, docente de la Facultad de Ciencias de la Educación, los docentes universitarios promueven diversos valores, a través de su labor diaria. Como ejemplo de ello, menciona que practican y fomentan la justicia: “con la correcta evaluación de las pruebas, trabajos, participaciones en clase, etc.”. Otros valores que se ejercitan son: “la tenacidad, al buscar que los estudiantes cumplan metas, que tengan un ritmo intenso de estudio; responsabilidad, la laboriosidad y perseverancia, procurando que no se rindan al primer intento”.
Por su parte, el licenciado Norbil Bustamante García, profesor de los cursos Cálculo y Análisis Matemático, comenta que también se transmiten valores en la enseñanza y el aprendizaje de estas materias: “La matemática, por ejemplo, exige ser ordenado (disciplinado). El éxito en este curso requiere de mucho esfuerzo y constancia, ya que hay que resolver muchos ejercicios para ampliar la visión de los conceptos. La poca práctica no ayuda mucho. El conocimiento de los conceptos no basta; es necesario la solución de diversos ejercicios y problemas de aplicación”, señala el docente.
Explica también que el uso constante de la lógica, presente en la Matemática, “le permite al alumno ser más objetivo. “2+2=4” no se aceptan ambigüedades. Estas cuestiones promueven una perspectiva de acción en sus vidas, como por ejemplo, la práctica de la justicia, destaca.
Hau Yon señala también que a través de la enseñanza, el profesor debe fomentar el respeto mutuo, respeto a la libertad, a la expresión de ideas, opiniones, sugerencias, etc. Y, también la generosidad, buscando que sus estudiantes compartan experiencias y conocimientos. Esto se puede lograr propiciando los trabajos grupales, anota.
La docente de la UDEP explica: “los valores se manifiestan en todas las actividades que realizamos cotidianamente, en las relaciones sociales, con nuestra familia y por supuesto en el ejercicio de nuestro trabajo. Definitivamente, cuando enseñamos somos buenos o no tan buenos ejemplos para nuestros estudiantes. Ellos perciben de primera fuente la calidad de sus profesores en varios aspectos: la puntualidad en las clases; rectificar cuando nos equivocamos; la forma en cómo preparamos las clases, cómo los tratamos o si estamos disponibles para apoyarlos en lo que necesiten; el tipo de conversación y comunicación que entablamos con ellos, etc.”.